En un mundo en constante evolución, donde las redes sociales se han convertido en uno de los principales canales de conversación y comunicación, ha surgido un grupo inesperado y poderoso de creadores de contenido a quienes el sistema ha denominado “Grandfluencers”. Donde la juventud y la inmediatez dominaban la conversación, cada vez más empiezan a tener protagonismo personas que se encuentran en la tercera edad y han logrado construir una presencia significativa y un impacto considerable en plataformas como Instagram y TikTok. La influencia de este grupo etario no solo está cambiando las dinámicas de las redes sociales, sino que también está revolucionando las estrategias de comunicación y marketing de diversas marcas, especialmente en sectores como la moda y el lifestyle.
La aparición de los Grandfluencers puede parecer sorpresiva, pero se fundamenta en varios factores socioculturales y demográficos. En primer lugar, la población global está envejeciendo, con un aumento significativo en el número de personas mayores de 60 años. Este grupo demográfico ha adoptado la tecnología a un ritmo acelerado, utilizando las redes sociales no solo para mantenerse conectados con familiares y amigos (motivado especialmente durante el período de la pandemia), sino que también la ha sabido aprovechar para expresar sus intereses, compartir experiencias de vida y participar activamente en comunidades. En muchos casos han sido motivados por alguno de sus familiares, hijos, nietos o personas cercanas.

Aki y Koichi a couple in their 70s from Southern California
La presencia de esta nueva categoría de creadores de contenido en plataformas digitales está desafiando estereotipos tradicionales sobre el envejecimiento. Estos influenciadores muestran que la creatividad, la moda y la relevancia cultural no tienen edad. Ejemplos destacados incluyen a personas como Aki&Koichi, una pareja en sus 70’s conocida por sus videos de “outfit of the day” en Instagram y TikTok, donde exhiben su estilo único y su vibrante personalidad. Maye Musk, modelo, nutricionista y activista reconocida, además de ser la madre de Elon, ha conquistado las marcas de lujo, especialmente a DIOR, convirtiéndose en una de sus musas inspiradoras de belleza. También se destaca Judith Boyd de Style Crone, modelo, oradora y escritora, quien a través de sus looks creados especialmente con ropa vintage acapara la atención de diferentes generaciones en cada una de sus plataformas. ¿Qué tienen en común estos perfiles? Su contenido ha resonado ampliamente, demostrando que la autenticidad y la experiencia de vida pueden atraer a audiencias diversas y generar un impacto profundo.

Las marcas en general y especialmente las enfocadas al lifestyle, cosmética y moda, han comenzado a reconocer el valor de colaborar con Grandfluencers. Ya que aportan una narrativa auténtica y una conexión emocional que puede ser particularmente efectiva en campañas de marketing. Un ejemplo notable es la colaboración de Gucci con influencers mayores en sus campañas publicitarias, subrayando la atemporalidad de sus productos y la inclusividad de su marca. Del mismo modo, marcas como Nespresso han aprovechado la influencia de figuras mayores para transmitir mensajes de calidad, tradición y sostenibilidad.
Está quedando demostrado que el uso de Grandfluencers en estrategias de marketing presenta múltiples beneficios. En primer lugar, ofrece una representación más inclusiva y diversa, mejorando la percepción pública de la marca. Además, estos influenciadores tienden a tener seguidores muy leales, lo que puede traducirse en un mayor compromiso y fidelidad de los clientes hacia las marcas. Sin embargo, trabajar con Grandfluencers también plantea desafíos, como la necesidad de adaptar estrategias digitales a las preferencias y habilidades tecnológicas de este grupo demográfico.
No hay dudas que las redes sociales están evolucionando para incluir voces y perspectivas diversas. Y esto se está convirtiendo en una oportunidad única para conectar con audiencias de todas las edades y demostrar que la relevancia cultural y la innovación no están limitadas por la edad. Nos encontramos frente a un hito generacional en el mundo del marketing, donde la edad ya no es un impedimento, sino un activo que añade credibilidad a las narrativas, solo es cuestión de saber aprovecharlo.