Podríamos decir que fue en 2004 con el nacimiento de “The Facebook”, una red creada por un alumno de Harvard llamado Mark Zuckerberg, el comienzo de lo que más tarde se denominarían redes sociales. El concepto se refería a plataformas online que permitían el contacto entre personas y funcionaban como un medio para comunicarse y compartir información. Si bien esto hoy en día sigue siendo un poco así, las redes sociales con el tiempo fueron generando cambios incentivados por la cultura, por la tecnología misma y la necesidad de las generaciones más jóvenes de conquistar otras espacios, formas y maneras de comunicarse.

Las redes sociales no están siendo ajenas a los cambios vertiginoso que estamos expuestos cada uno de nosotros en nuestras vidas y en nuestras funciones laborales. Lo que en su momento fue novedoso hoy ya resulta viejo, anticuado y no apto para captar y atraer nuevos públicos y audiencias de manera genuina. Atrás va quedando la necesidad de generar comunidades donde intercambiar información, medir la cantidad de seguidores, me gusta y comentarios. En la actualidad está predominando la necesidad de las audiencias de generar un vínculo personalizado con las empresas, es por eso que muchas marcas están siendo cada vez más activas en Twitter. También el público/audiencia está en búsqueda de entretenimiento por encima de la conexión y es sobre este último punto en el que vamos a explayarnos hoy, lo que ya se empezó a conocerse como “Social Entertainment”.
Se entiende por Social Entertainment al entretenimiento social en línea, ese lugar al cual están están empezando a virar las redes sociales “más tradicionales” motivadas por el surgimientos de nuevas plataformas como Tik Tok, Twitch y la industria del gaming. Sin embargo no podemos dejar de mencionar a Snapchat que anteriormente había sido la encargado de grandes cambios con la novedad de compartir imágenes y videos efímeros, atrayendo al público joven y más tarde formarían parte de Instagram en 2016.

El crecimiento exponencial que ha tenido Tik Tok desde 2020 trajo aparejado otra mirada sobre las características predominantes de las redes sociales tradicionales: no es necesario ser amigo de un otro para poder ver el contenido que se publica, formato 100% video, el usuario ve todo el contenido en una sola pantalla, la vanidad por la cantidad de seguidores y me gusta cambia por la cantidad de visualizaciones y las veces que puede ser compartido o replicado un video. Tik Tok fue disruptiva en su propuesta lo cual está haciendo que Facebook, Instagram y Youtube empiencen a modificar su esencia con el fin de seguir vigentes en el mercado.
Y no solo se trata de cómo funcionan sino qué se sube, el contenido vuelve a ser el rey y se convierte en el protagonista del Social Entertainment. Las marcas y quienes trabajamos estratégicamente para lograr amplificar su visibilidad no podemos ser ajenos a esta realidad: los consumidores están pasando más tiempo en aplicaciones que priorizan el entretenimiento por encima de cualquier otra cosa. Por eso es clave que el contenido que se genere brinde alegría, humor, enseñe y despierte reacciones como así también, cuanto menos guionado y casero parezca, las posibilidades de aumentar las visualizaciones es mayor. Se trata de un gran desafío para las marcas y los creadores de contenidos, es momento que el contenido sea lo más real y genuino posible, como lo fue en el comienzo de las redes y que empieza a ser evidente con la gran aceptación por parte de la Gen Z de la app BeReal.

En tiempos de tanta volatilidad entre redes sociales y los misterios del algoritmo, decir que red social es la más adecuada para una marca, dependerá del mensaje que se quiera transmitir y cuan dispuesto se esté a dejar el control sobre el contenido. Aventurarse en un mundo sin guiones ni condicionamientos es lo que se viene, porque los consumidores están dejando de compartir para relacionarse, se conectan para entretenerse.